La obra, de unos 100 minutos de duración, consta de diversas escenas en las que de una forma divertida e ingeniosa, se abordan fenómenos y contenidos químicos en contextos inesperados y sorprendentes, tales como la tabla periódica de los elementos químicos, las leyes de los gases, la catálisis, los modelos atómicos, la nomenclatura, los ácidos y las bases, los tipos de enlace, el problema de la quimiofobia o la presencia de la química en nuestra vida cotidiana.
El equipo está formado por alrededor de una treintena de estudiantes de grados y másteres de Química que se apuntan voluntariamente y que no solo actualizan los textos, sino que son los actores y las actrices que los llevan al escenario. La iniciativa ha demostrado ser una excelente herramienta para incrementar la motivación de adolescentes hacia el estudio de esta disciplina científica y un poderoso motor para desarrollar competencias transversales entre el estudiantado universitario que toma parte en ella.
En los 12 años que lleva funcionando, se han llevado a cabo más de 50 representaciones y la obra habrá sido vista por más de 15.000 personas. En 2010 el
Consejo Social de la UV otorgó a su máximo responsable el "Premio a la Calidad e Innovación Docente" por esta iniciativa.